Luego de estar prácticamente a menos de un metro de la banda y con toda la referencia lírica de sus canciones puedo agregar, que en toda mi historia personal jamas había disfrutado tanto un concierto como el de anoche. Y no es la calidad del sonido o de las vocales, sino de la entrega de los mismos, del contacto, de la pasión y la complicidad entre ellos y nosotros, su público. Gracias por la memorable noche... comprobé que no son tan solo el soundtrack de unos cuantos momentos efímeros, son ustedes el momento en si: los que no deben estar ausentes, qué importa si se cierra o se abre un ciclo, que importa el color o la forma de un rostro, si estan los ausentes presentes o viceversa, si hay o no un lleno total, son ustedes quienes no deben faltar. Que me perdone radiohead,
que me perdone morrissey,
que me perdone muse...
hoy por hoy mi corazón está lleno de los Dears.
martes, 15 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)